Uno de los bollos más famosos de la costa colombiana deriva su nombre de sus ingredientes predominantemente blancos "si no es blanco no es angelito" dicen en algunas regiones. El maíz se mezcla con el coco y el queso para esta divinidad de envuelto colombiano. Añadimos un suero picante para intensificar su sabor.
Lavar bien el maíz, luego dividir en dos partes iguales, ya que una será para cocinar y la otra solo para remojar. Es importante que se remoje la mitad desde un día antes. Drenar y lavar.
Cocinar la mitad del maíz durante media hora en una olla a presión para que quede blando. Drenar y mezclar con el maíz remojado.
Moler todo en máquina. Agregar el anís, el coco rallado y la mitad del queso costeño rallado. Amasar bien hasta que se despegue con facilidad de las manos.
Cortar el resto del queso costeño en bastones. Formar bolas del tamaño de un puño y hacer una cavidad para rellenar con el queso en el centro de la masa. Cerrar bien.
Amarrar los bollos entre un par de hojas de maíz, cerrar por encima y amarrar como un paquete con con cordel. Cocinar en agua hirviendo de 30 a 45 minutos.
Servir sobre la hoja de mazorca y bañar con la mezcla del suero mezclado y la cayena.