Maribel Porras es gerente aprendiz en la Asociación de Productores de Clima Medio de Úmbita – APROMUC, Boyacá y hace aproximadamente tres años trabaja con el fríjol cargamanto y bola roja; una labor que desarrolla para conseguir el sustento diario, sacar a sus hijos adelante y que ellos continúen con este compromiso agrícola que, de generación en generación, se realiza en el campo.
Colombia es uno de los países cuyas tierras son prósperas y permiten la siembra de muchos de los productos que consumimos a diario; por ejemplo, el fríjol y el maíz; una labor que, a través de los años se ha heredado, por su puesto, en busca de una calidad de vida y de una soberanía alimentaria en el país.
”En mi familia casi todos se dedican al cultivo del fríjol porque está dando buena rentabilidad económica, mis padres siempre lo han sembrado y ahora están agrandando las fincas, la idea es sacar adelante a la familia y brindar un producto de calidad a los comensales”.
Y es que el trabajo de la siembra en Colombia ha perdido fuerza debido al bajo consumo de los productos que cultivan nuestros campesinos y productores, lo que ha provocado que muchos de ellos estén migrando a las grandes ciudades del país en busca de lo que pareciera una mejor oportunidad, claro está, lejos de sus tierras, sus familias y cortando con una tradición que, hasta el momento, había mantenido sus raíces firmes.
Maribel, al igual que muchos productores de las regiones, ve el campo como una empresa en la que la mujer, a diferencia de años atrás, ha tenido un papel importante que se está empezando a visibilizar.
“Ahora las mujeres trabajan igual que los hombres, aunque a veces hay mujeres que son más echadas pa’ delante y más juiciosas en los oficios de la casa y en los cultivos”.
“Por ejemplo, yo me levanto a las 5:00 de la mañana, hago el desayuno, ayudo a alistar a los niños para el colegio, ordeño, si hay obreros se les hace el almuerzo y después me dedico a la ganadería, porque también cuido ganado; tengo vacas, prácticamente desde que me casé me dediqué a tener una vaca de leche, siempre me ha gustado y ahora tengo 10, así que toca ir a bultiar, así se le llama eso.”
Para Maribel, ‘Colombia Sí Sabe’ de los productos que se siembran y se pueden exportar; uno de sus sueños es vender a gran escala su fríjol cargamanto y bola roja proveniente de las tierras umbitanas, pero también envía un mensaje a los comensales:
“Yo invito a Colombia para que nos apoyen a los campesinos para seguir trabajando; que nos colaboren comprando y consumiendo nuestro producto; de verdad estamos sembrando un fríjol bonito y de calidad”.